Mandalay y Tee Gyi, ciudad y aldea rural, dos caras diferentes de Myanmar

Después del lago Inno nos dirigimos en autobús a Mandalay. Mandalay es una de las ciudades más grandes de Myanmar, es la principal conexión del norte del país. La verdad es que no hicimos mucho turismo. Se puede visitar la ciudadela, en el centro de la ciudad, el palacio de Mandalay, la pagoda de Sandamuni, al sudoeste de Mandalay.

Este último es un hermoso templo rodeado de más de 700 pequeñas habitaciones blancas, cada una de las cuales contiene dos páginas escritas en un libro de piedra, impresionante !!

Además, nos gustó darnos una buena vuelta por las calles de la ciudad, como habíamos hecho en Yangon, pero Mandalay no tiene la misma belleza en los tumultos, en la mezcla de orígenes … No nos pareció tan atractiva …

 

Nos alojamos en el hotel Tain Phyu (Nube Blanca), por 10 dólares. No está mal, en línea con los estándares del país en cuestión de higiene y detalles, con la posibilidad de poder encontrar el cadáver de algún ser vivo de tanto en tanto. Viendo una película por la televisión, pudimos ver cómo la censura del país ponía un borroso en el escote de una mujer en la película americana de la serie B que decía en un canal local … sin duda un buen ejemplo de la evolución y del control de la información en el país.

De Mandalay cogimos un autobús hacia Swebo. El paisaje del viaje como siempre en este país, fue muy pintoresco, llenos de gigantes estupas en el horizonte, abundante pobreza, familias viviendo bajo una lona de plástico en las aceras, niños corriendo semi desnudos … Además, como es costumbre en los viajes en bus en este país, siempre hay alguien que suelte el último, el mar del desayuno, comida o cena … parece que es una práctica aceptable, y todos los conductores llevan bolsas de plástico preparadas para la ocasión…

 

En la estación de Swebo nos vino a buscar Martin, el coordinador de un proyecto en la aldea de Tee Gyi donde íbamos a colaborar, ver el post donde lo explicamos. Mayra fue con Martin, y tú me subí a la moto de su hermano, el cual no podía tener asiento para una segunda persona, sino una plataforma para llevar la carga.

El viaje en moto duró más de 30 minutos, sobre camino de carros … nunca mejor dicho, ya que los estábamos bien esquivando … en el barro, que tanto en tanto que nos quedábamos atascados teníamos que empujar … así os podéis me imagino que ella tiene mi culo después de semejante viaje …

Cuando llegamos, nos esperaba un grupo de mujeres del pueblo, curiosas por nuestra llegada, nos recibieron alegremente. Empezamos a «conversar» … que graciosas eran … preguntándonos de todo, a mí me querían emparejar!!!

Nosotros estuvimos durmiendo en la casa de Martin, rodeados de cabras, vacas, cerdos y pollos. Nos encontrábamos en medio del campo, entre prados, bosques y tierras de cultivo. Por el camino pasaban los carros tirados por bueyes, las señoras con sus trajes típicos con la cabeza, los jóvenes llevando los taxis a otros pasados ​​…

La casa era una cabaña, bien apañada pero una cabaña. La familia de Martin dormía en el suelo del comedor, él, su mujer, su hija y la abuela … nosotros dormimos en la cocina.

Durante la cena tuvo un susto de monumental, de nuestro lado apareció un ciempiés de unos 20 cm de largo 1,5 cm de ancho, un monstruo prehistórico que al parecer es venenoso !!!

En la cocina, dormimos bajo una mosquitera que no se puede lavar de los insectos más pequeños … somos cubiertos de bichillos, nada peligroso, pero somos gente de la ciudad … jejeje … y no estamos acostumbrados a tener cosas que caminar sobre nuestro; además esa noche la cabra estaba de malas y no calló.

La magia del vino en la ventana abierta aparecieron unas preciosas luciérnagas … que bellas … una imagen preciosa en combinación con el cielo súper estrellado … No dormimos casi nada, no estamos acostumbrados a la vida del campo, sobre todo a compartir el espacio con tanta vida !!!

Al día siguiente nos registramos la aldea de la mano de algunos niños. Pasamos por las calles de barro, comunicando cabañas con vacas alrededor, hombre trabajando con telares de madera, utensilios de cocina que forma parte de un museo … y muchos más animales de abasto.

Era como estar en otro siglo … eso sí, rodeados de gente muy amable, entre sonrisas … Qué lugar más increíble … verlo para creerlo …

Y finalmente llegó la hora de coger el autobús de vuelta a Mandalay, donde tomamos un vuelo hacia Kolkata … Nos vamos al Nepal !!!!! Ha sido un placer Myanmar, quizás el país que más nos ha sorprendido y el que más esencia hemos podido ver … Este país vale la pena !!!!

 

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