El autobús hacia Ha Tien fue correcto. Para cruzar la frontera Camboya- Vietnam, aparte de tener que pagar 1 dólar para la “revisión médica”, que consiste en la toma de temperatura con una pistola de infra-rojos… todo fue correcto y sin percances ni injusticias. Para salir de Camboya el propio autobusero se encargó de que nos sellaran el pasaporte sin ningún coste (aunque nos costó desprendernos del pasaporte… una de nuestras máximas a evitar), y después nos lo devolvieron para que pasáramos uno a uno por el control vietnamita.
Y después de cambiar de autobus a furgoneta, llegamos al puerto de Ha Tien. Allí un ferry para llegar a la isla de Phu Quoc. Habíamos leído que los precios de los ferris oscilan entre 185.000 y 230.000 Dongs vietnamitas. Al final tuvimos que coger el que cuesta 230.000 porque no había manera que nos dijeran dónde estaba el otro ferry, y el rápido (de 230.000 dongs) salía en 20 minutos… Así que nada, fuimos prácticos y pagamos un poco más (ahora 1 euro son unos 25.000 dongs, o 22.500 dongs el dólar). Eso sí, el SuperDong IV, nombre del ferry, era de lo más lujoso y cómodo. Tardamos 1 hora y 50 minutos, áprox. en llegar, una gozada.
Una vez en la isla, de repente hubo un huracán de transportes, taxis, furgonetas, motos, que nos querían llevar a la ciudad, todo el mundo a nuestro alrededor iba acelerado, y nosotros que nos gusta llegar a los sitios y tomar decisiones con la calma preferimos relajarnos y comentarlo tranquilamente… por una vez, esto fue una cagada (o así lo creímos), porque de repente nos encontramos que solo quedaba un taxi y motos-taxi. El primero nos cobraba 8 dólares, lo descartamos, y las motos no nos hacía mucha ilusión con las mochilas…
Después de unos momentos de crisis viajera, decidimos hacer auto-stop… Acierto!!! nos cogieron al instante!! un camión que hacía parte del viaje nos llevó, y después una pick-up nos acabó dejando en la capital de la isla, Duong Dong.
Duong Dong es una ciudad turística llena de hoteles, guesthouses y restaurantes de todo tipo. En el centro de la ciudad hay un Night Market y toneladas de restaurantes de marisco, fresco fresquísimo!!!! aunque bastante caro, o al menos para rostros pálidos… Y la ciudad en sí no tiene mucho más…
Encontramos una churrería con unas pastas rellenas de carne de cerdo picada con huevos cocidos de codorniz que estaban buenísimas!!! y como ya empezaba a poder decir los precios en vietnamita nos cobraron el precio local!!!! qué ilusión!!!!
En primera instancia la isla no nos gustó nada, incluso pensamos en irnos al día siguiente… toda llena de construcciones monstruosas, ciudades enteras en forma de resort para mega-cruceros, hoteles gigantes, como el Marriot, y construcción por todas partes. Incluso acaban de hacer un mega aeropuerto que parece mayor que el del Prat…
Pero por suerte tuvimos paciencia y fuimos a buscar sus rinconcitos y pequeñas experiencias, y no nos defraudó.
En la carretera de entrada al pueblo por la playa, Tran Hung Dao, encontramos un precio razonable para dormir en una Guesthouse al lado de la A74, por 200.000 dongs, con aire acondicionado y baño privado, sin embargo la higiene era ligeramente limitada. Allí mismo alquilamos la moto por 120.000 dongs al día.
Pretendíamos quedarnos unos cuantos días en la isla, así que con la moto nos fuimos en busca de un alojamiento, mejor y más barato… Pasamos por Long beach, al sur de Doung Dong.
Allí conseguimos un bungalow cerca de la playa por 12 dólares (272.000 dongs). Long beach es una larga playa de arena fina marrón con palmeras, está completamente ocupada por resorts de calidad media. No es la bomba, al menos no como para gastarse $12… (ya véis hasta qué detalle miramos gastos…). Seguimos buscando un lugar mejor. Miramos de camino al norte y la mayoría de sitios nos costaba más de 15 dólares sin aumentar la calidad ni el paisaje.
Nos dirigimos al este de la isla, a Ham Ninh, un pequeño pueblo pesquero dónde habíamos leído sobre una guesthouse barata, Hai Anh guesthouse, con habitaciones con ventilador por 150.000 dongs, el mejor precio hasta el momento. La habitación era sencilla pero aceptable. La playa más cercana era coco beach, un mini playita sin habitar ni habilitar… jajaja… bastante dejada pero al menos limpia…
La carta de comida era muy económica y las porciones muy grandes, las sopas y arroces valen entre 25.000 y 30.000 dongs, y el menú de carne y pescado para la cena cuesta 50.000 dongs pero acabas hasta los topes de comida.
Y aquí volvimos a la adicción al café… ese fuerte café con hielo y leche condensada debe ser pecado… Además descubrimos la pimienta de Phu Quoc, una de las mejores del mundo, y aquí la mezclan con sal y unas gotas de zumo de lima para condimentar… buenísima!!!
Los dueños son una pareja peculiar, bueno, ella es una joya que hará lo posible para que estés lo más a gusto posible, y él, Mr. Hai, es el más peculiar, simpático e ideal para una buena conversación. Además te dejan las bicicletas gratis!!
La moto nos la dejaron por 100.000 dongs, aunque están un poco hechas polvo y el segundo día nos la dejaron, creemos, con la rueda ya reventada… y nos costó 80.000 dongs arreglar el pinchazo…
Una noche con Hai y una pareja de belgas fuimos al mercado del pueblo y compramos algo más de un kilo de cangrejos por 200.000 dongs, en la guesthouse nos los cocinaron, junto con unas almejas, arroz y verduras (para explotar de comida). Todo estaba divino…
pero sobretodo los cangrejos, como mi mano de grandes, fue excepcional lo ricos que estaban… tanto, que dos días más tarde nos compramos otro medio kilo para repetir la experiencia…
La mejor playa de la isla es Sao beach, una larga playa de aguas turquesas y arena blanca flanqueada por palmeras. La parte central, su acceso, está lleno de restaurants (y mierda por todas partes). Cuando nosotros fuimos estaba a rebosar de vietnamitas de vacaciones…
Si caminas un poco hacia el norte, justo donde acaba el último resort es el mejor punto de la playa, la vista norte es la curva de la bahía llena de selva, y mejor no mirar al sur… (motos acuáticas, barcos uno sobre el otro, y vietnamitas empaquetados).
La verdad es que se está muy a gustito, y yo me dediqué a buscar almejas enterradas en la arena, dentro del mar, para hacer espagueti (o noodles) con almejas y cangrejos de cenar!!!! Caminando esta misma playa un par de kilómetros hacia el sur se encuentra Khem beach, muy solitaria aunque menos bonita.
En la punta noroeste de la isla, se encuentra un poblado pesquero bastante curioso. Tiene unos pasillos cubiertos, para cubrir de la lluvia, y bastante mierda por todas partes.
Y si cruzas las casas para ir a la playa te horrorizas de la cantidad de porquería que pueden acumular sin inmutarse… es espantoso!!!!! dan ganas de coger una bolsa, calzarse unos guantes y recoger… que impresión… además, esto no viene solo, las ratas acostumbran a andar también por ahí…
La parte noreste es un paraje excepcional. Para llegar se conduce por una carretera que cruza un parque natural, una selva tupida, con plantaciones de pimienta a sus lados. Una vez llegas al extremo, hay una isla a la que se accede por un pequeño puente improvisado de madera, aunque es más seguro caminar los 100 metros que separan por el agua.
La isla tiene un camino hecho con piedra y cemento que rodea la isla entre la selva. Es espectacular!!!! la vegetación es impresionante, y pudimos ver pájaros similares a un tucán!!!! eso sí, estaba lleno de mosquitos… jejeje… todo en la vida es un Yin & Yang…
Al volver de la isla nos cruzamos con una familia cantando karaoke, comiendo marisco y bebiendo whisky de arroz. Nos llamaron y nos invitaron a beber y a comer cangrejos, nosotros que somos gente educada, no dijimos que no… ole ole que majos!!!!
La gente aquí es muy amable y les encanta que compartas un momento con ellos. De las varías veces que nos invitaron a compartir un rato con ellos, una fue en un restaurante del puerto, un grupo muy borracho, nos invitaron a cerveza mientras todos bailábamos y nos hacían fotos… muy graciosos!!!! y nosotros encantados!!
Los días que no alquilamos moto, nos movimos haciendo auto-stop, y fue facilísimo!! se paraban muy rápido, incluso se desviaban de su trayecto para acercarnos al sitio donde íbamos… muy majos!!!!
Mr. Hai nos había dicho que podíamos ir a Hon Thom en ferry por 30.000 dongs por cabeza. Así que uno de los días nos levantamos por la mañana “pronto” (nos cuesto horrores madrugar) y salimos a hacer auto-stop unos 20 km hasta la punta del sur de la isla para coger el ferri a Hon Thom. No tuvimos mucha suerte, en el sentido que tuvimos que coger 5 vehículos, por que ninguno, excepto el último, llegaba hasta el final del trayecto. Pero las recogidas fueron muy rápidas… un amor de gente…
Una vez allí teníamos que averiguar dónde se cogía el ferry… mierda!!! esto nos es nada obvio… y cada vez que preguntábamos nos dirigían a alguien que nos ofrecía un tour en barca privada por el módico precio de 600.000 dongs… ¿estamos locos!!?
Finalmente, después de una hora arriba y abajo del puerto, una señora nos indicó dónde se cogía el ferry. Era un pequeño barco de madera de color azul turquesa muy antiguo, Solo había locales que se sentaban uno al lado del otro en las dos banquetas, mientras en medio se apilaban cajas de carga para la isla.
Y efectivamente el precio era 30.000 dongs por trayecto, genial!!!!! Navegamos a través de todas las pequeñas islas del archipiélago. El embarcadero de alguna de las más pequeñas era un bote que te sacaba de la playa y te llevaba al barco en aguas más profundas o a una plataforma flotante improvisada… muy pintoresco.
Una vez en la isla, el agua era cristalina, incluso en el puerto!! que es donde se acumulan los desechos. Preguntamos dónde estaba la playa y nos indicaron que era a través del único camino que cruzaba el pueblo y te llevaba a la costa opuesta.
Una vez allí… uff… todo lleno de porquería… entre los desechos arrastrados por la marea y los desechos arrojados por los habitantes del pueblo…
Seguimos buscando un lugar mejor, tenía que haber una playa no tocada por el pueblo. Caminando por la playa vimos de todo, incluso un perro muerto, en descomposición, allí, sobre la arena, a las puertas de una de las “casas”…
Seguimos cruzando zonas rocosas, escalando, en algún momento perdimos la esperanza, pero finalmente… la vimos… una larga playa blanca, completamente vacía, flanqueada por palmeras y vegetación… aguas turquesas… nuestro paraíso!!!!! por fin!!!!! Allí estuvimos disfrutando de lo que veníamos buscando en la isla, un pequeño trozo de paraíso… Y empezamos a grabar el video para la boda de Soraya e Ingo, hermana y cuñado de Mayra, no podíamos desaprovechar el lugar.
Buceando por las rocas, viendo peces curiosos… que gusto se está cuando se está a gusto… Tirados sobre la arena caliente, disfrutando de eternos baños en cristalinas aguas… aaaisshh (una pausa silenciosa para disfrutar la imagen…).
Para visitar en Phu Quoc, los mercados que normalmente están cerca de embarcaderos de pesqueros, preciosos de madera azul turquesa, de a saber cuántos siglos atrás… Se puede encontrar todo tipo de pescado y marisco, todo vivo, fresco, rico rico!!!!
También puedes encontrar venta de serpientes vivas para cocinar… aishhh… que asco… Jaume estaba encantado de poder ver y tocar de cerca!!!
Y en la carretera principal encontramos el Museo Phu Quoc Prison Landmark, una antigua cárcel americana durante la guerra del Vietnam. Se puede ver la cárcel como era con estatuas que simulan la realidad de entonces.
A pesar de que los americanos fueron crueles e injustos, declarado y confesado, esta prisión es pura propaganda anti-americana. Hay uno de los barrancones que las figuras muestran como los americanos torturan a los del Viet Cong, mientras en el otro barracón las figuras del Viet Cong se dedican a hacer esculturas, dibujos artísticos e instrumentos musicales… de un extremo a otro…en fin…
Y después de 6 días en la isla de Phu Quoc, nos fuimos haciendo auto-estop al embarcadero para coger el ferry. Cuidado!! cuando llegamos se habían acabado los billetes y eso se convirtió en una lucha para colarse sin ningún miramiento (práctica habitual vietnamita), hasta que una chica local nos ayudó a conseguir dos de los tan preciados billetes para el ferry que salía a las 8:20 am.
Así que mejor si compras el billete unos días antes. Éste no era el ferry rápido, aunque tardó muy poco más, áprox. 3 horas, y costó 185.000 dongs, el precio que habíamos leído antes de llegar a la isla.
Ho Chi Minh city!!! allá vamos!!!!!!